ESTOY DE VUELTA... Y UN NUEVO PROYECTO DE CUARENTENA (1)

Buenas a todos de nuevo. Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí, pero por una buena razón. Como todos sabéis, la pandemia del covid-19 ha afectado al mundo de una forma dramática y totalmente inesperada. Por ello es que he estado todo este tiempo sin subir nada en blogger, pero hoy la situación cambia. El fin de curso se encuentra cada vez más cerca, por lo que en esta entrada relataré en lo que he estado trabajando estos últimos meses:  un corto cinematográfico.
Pero para comprender el resultado final hay que comenzar por el principio, antes de que llegara el virus que cambiaría todo...


Enrique, Francisco Javier, Juan Antonio y una servidora, Ylenia. 4 personas con aptitudes diferentes embarcadas en un mismo proyecto. Nos informamos durante un tiempo mediante diversos talleres y tutoriales. Tras unas semanas la organización estaba hecha, teníamos las cosas claras: un buen guion escrito desde la reflexión y el respeto absoluto, un cartel decente, un plan de rodaje y edición...
(Aquí os dejo la idea inicial, por si queréis verla)





Oscuridad, otro día más. Sus ojos, acostumbrados a la penumbra, sufren cuando la luz se enciende. La pequeña lámpara de su habitación proyecta extrañas sombras sobre su cara. Es El Día Último, y lo sabe. Sentada en la silla, resopla entre dientes. Coge la antigua grabadora de sus padres y comienza a grabar:
-Cuaderno de bitácora, día primero y último-dice imitando aquellos capitanes de épocas remotas-Me llamo X y tengo 15 años. No sé a quién le hablo, quizás solo al mismísimo Dios-prosigue irónicamente-porque no queda nada. Todo aquello que tenía fue destruido: mis padres, mis amigos... Todos ellos ya no están, soy la última en la Tierra. 
Hace una pausa. El silencio reina en la habitación y lo aplasta todo.
-La humanidad me ha abandonado, no puedo soportar vivir sola. Yo era fuerte, pero el mundo ha podido conmigo. Ya no sé qué debo hacer. Solo quiero... dejar la vida con dignidad. 
Hace otra pausa, está visiblemente afectada. 
-Lo siento. 
Pausa la grabadora, ella está destrozada. Un disparo anuncia su muerte. El mundo ha perdido a una luchadora, ha abandonado a un ser humano. 
Fuera el universo sigue: las personas nacen, se educan, trabajan, tienen hijos, viajan... y mueren. 
Pobres humanos.







Y entonces se acabó, de un plumerazo se borró lo que habíamos construido. 
La primera reacción fue un shock, ¿qué se hace cuando todo lo que habías hecho no sirve para nada?    
Lo vuelves a hacer otra vez. 
"Reciclamos" el cartel, escribí otro guion lo más rápido que pude y diseñamos un plan que nos permitiera grabar conforme a las medidas restrictivas del estado de alarma(cada uno desde su casa).
Y lo conseguimos, quien lo diría. Grabamos una voz en off que montamos sobre diferentes escenas que representaban lo que se decía. De fondo pusimos una música compuesta por Enrique.
Fue difícil, pero la semana pasada Francisco terminó de editarlo y estamos bastante contentos con el resultado.
Aquí os ajunto los archivos del proyecto final (menos el corto en sí, eso tendréis que verlo en la página web del cinedfest cuando lo presentemos ;) ).





Y la sociedad, acostumbrada a la luz, se sumió en la oscuridad. La noche llegó antes para unos y más tarde para otros. Los últimos no se lo creyeron, pero cayeron como todos los demás. Solo hizo falta miedo y un poco de tiempo de más.

Las cuatro paredes de cada casa empezaron a marcar los límites de la vida. Un paso fuera, y nadie te tocaría. Las cuatro paredes de cada hospital empezaron a marcar los límites de la muerte… y el renacimiento. Las mascarillas se convirtieron en el nuevo oro; los respiradores, en diamantes. Y nos dimos cuenta de que los verdaderos héroes no llevaban capa, sino guantes.

1 metro te separaba de pasar semanas en una cama sin saber si te ibas a levantar. 1 metro te separaba de poder destruir, sin quererlo, a una familia de tu ciudad. 1 metro te protegía a ti… y a los demás.

Pero la gente moría, no nos engañemos. Las UCIs llegaron a sus límites y lo mismo pasó con los cementerios. Y es que muchos no podían ni despedirse de sus familiares muertos.

Porque había desesperación, ansiedad, impotencia, miedo, soledad… Sí, pero la unión finalmente hizo la fuerza. Y los humanos salimos de esta.

¿Cuánto estás dispuesto a implicarte para volver a ver la luz?, me preguntó en el peor momento un chico con un ligero acento andaluz. Y ahora lo que yo te pregunto es… ¿por qué no te lo preguntas tú?

Y es que esta historia, narrada en pasado, desgraciadamente es presente. Y el final no depende de mí, sino de ti.








Espero que os haya gustado y, sobre todas las cosas, espero que estéis todos bien. Son tiempos difíciles, pero somos más fuertes de lo que pensamos. ¡Hasta la próxima!







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